Existe toda una familia de cócteles Collins -John, Ron, Michael, etc.- pero el más conocido es el clásico Tom Collins. La fórmula del Collins es sencilla: una bebida espirituosa base, cítricos, un edulcorante y un ingrediente carbonatado; se agita todo excepto la bebida carbonatada, se cuela en un vaso alto con hielo y se añaden las burbujas.
Lo bueno de este formato clásico es que es accesible para un aficionado a la coctelería casera que está empezando a probar su mano en la coctelería, pero su potencial es enorme. Divida la base, añada un licor, mezcle sus cítricos o añada un vino fortificado: las variaciones son prácticamente infinitas.
Para inspirarte más allá del clásico Tom Collins, hemos reunido seis variaciones para que las pruebes siempre que quieras hacer algo nuevo.
Collins de pepino y rosa
El nombre lo dice todo. Este Collins combina notas florales y vegetales limpias utilizando un jarabe de rosas y agua de pepino fresca para complementar los ingredientes botánicos de la base de ginebra. El esfuerzo extra que supone la elaboración de los ingredientes merece la pena, ya que este cóctel es el perfecto limpiador del paladar.