Nueva Orleans ha desempeñado un papel importante en la cultura del cóctel durante el último siglo. La ciudad que olvidó el cuidado ha sido responsable de clásicos como el Sazerac y el Ramos Gin Fizz. Entre sus contribuciones también se encuentra el Vieux Carré, que nació en los años 30 de la mano de Walter Bergeron, un barman del legendario Carousel Bar del Hotel Monteleone de Nueva Orleans. Vieux Carré significa “plaza vieja” en francés y hace referencia al barrio del Barrio Francés de la ciudad.
Como tantos cócteles clásicos de esa ciudad, la receta representa las corrientes cruzadas de la América de la época: brandy y licor de Francia, vermut de Italia y whisky de centeno de la parte alta del Mississippi. El Vieux Carré es a la vez alcohólico, dulce, amargo y suave; en otras palabras, es Nueva Orleans en un vaso.
La bebida cuenta con varios ingredientes fuertes. En la mayoría de los casos, el centeno o el coñac podrían llevar un cóctel por sí solos, pero el Vieux Carré requiere ambos en una técnica de base dividida que permite que cada componente brille. El centeno aporta una especia muscular, mientras que el coñac aporta notas más suaves de fruta y flores. El vermut dulce añade ricos ingredientes botánicos, mientras que el Bénédictine aporta sus distintivos sabores de hierbas, especias y miel. Por último, los amargos añaden estructura y condimento. Cada elemento tiene un papel que desempeñar; cuando se combinan, los ingredientes se funden a la perfección.
Esta receta proviene del legendario barman Dale DeGroff, alias King Cocktail. Sustituye la combinación clásica de Angostura y Peychaud’s bitters por sus propios amargos aromáticos de pimiento, que aportan acentos similares de especias de panadería y anís a la bebida. También elige el centeno George Dickel de Tennessee. Pero cualquier buen whisky de centeno hará el trabajo, así que siéntase libre de experimentar con su botella favorita.
Hoy en día el Vieux Carré puede encontrarse en las cartas de cócteles de todo el país, junto a otros clásicos de Nueva Orleans como el Sazerac. Si te encuentras en el Barrio Francés, no dejes pasar la oportunidad de beber uno directamente de la fuente. El cóctel es potente, pero tenga en cuenta que el Carousel Bar es famoso por su barra giratoria. Así que, si parece que la sala está girando, no te preocupes: lo está haciendo.