Este trago de la década de 1970 lleva el nombre de la popular película ganadora del Oscar “El Padrino”. Aunque este cóctel no es habitual en la mayoría de los bares, merece la pena escarbar en el pasado para recuperar esta receta. Con sólo dos ingredientes, es increíblemente fácil de hacer, pero el sabor matizado te dejará con la sensación de haber revuelto algo especial.
El Padrino se prepara con whisky y amaretto. El whisky mezclado es la opción clásica, aunque algunas personas optan por utilizar un single malt o incluso bourbon. Este último hace una buena bebida, pero que presenta las notas de especias para hornear del bourbon en lugar de los sabores característicos del escocés, como la miel, el brezo y el humo suave.
El amaretto es un licor italiano que se elabora con almendras y huesos de frutas de hueso. Es dulce por sí mismo y un buen complemento para los cócteles. A veces tiene mala reputación porque a menudo se mezcla con ingredientes de baja calidad como el agridulce para bebidas como el Amaretto Sour. Pero cuando se mezcla adecuadamente con ingredientes de calidad, el amaretto es un gran activo para su bar casero. En este caso, el licor con sabor a almendra suaviza el whisky, pero no lo enmascara, por lo que te queda una bebida con sabor a whisky que puedes sorber lentamente y disfrutar.
El Padrino se suele preparar a partes iguales, lo que hace una bebida sabrosa, aunque más dulce. Pero esta versión proviene del escritor Michael Dietsch y su libro “Whisky: A Spirited Story with 75 Classic & Original Cocktails“. Dietsch reduce significativamente el dulzor utilizando el amaretto como acento, en lugar de como protagonista. El resultado es un cóctel más seco y con más alcohol que mantiene el foco en el whisky.
Prueba esta receta, o ajusta la proporción según tus preferencias. Con solo dos ingredientes, es fácil experimentar y encontrar la versión que más te guste. Luego, con un Padrino en la mano, puedes relajarte, canalizar a Don Corleone y repartir favores mientras bebes.